Pues ya qué.
Cansa mirar al suelo
cuando la veo abrazada a ti,
perder siempre en el juego,
y equivocarme y volver a cero.
Es duro saber que estás mal
y no poderte ayudar.
Estar aquí sin hacer nada
no sabes cómo cansa.
Te recuerdo con cada canción
pero ninguna dice lo que siento.
Cansa querer cantarte, por eso
y por no haber nacido para la composición.
Realmente cansa
ser rechazada.
Una simple pregunta
me costó mucha desidia
y tu respuesta negativa
me ha dejado realmente exhausta.
Cansa seguir siendo Laura,
la inocente colegiala
que no sabe nada.
Por eso a veces quiero decirte,
para saber si debo irme.
Pero tengo demasiado orgullo
para rendirme.

No hay comentarios:
Publicar un comentario