Ella (Inevitable parte II) || Poema

Dudo arrepentirme de haber escrito esto.

Ella volteó mi mundo al revés.
Me hizo odiar una canción
que debería de inspirarme amor.

Ella rompió mi corazón,
y no, no me enamoró.
Mi sosiego se robó,
de mis cartas se adueñó,
me alejé y no funcionó;
sigo sintiendo el mismo rencor.

Ella me comenzó a despreciar
sin una verdadera razón.
Lo quise arreglar,
y ella no me lo permitió.
Ella quiso llenarse de odio su interior.

Ella me hace escribir poemas
llenos de rabia y dolor.
Pierdo mi tiempo pensando en ella,
pierdo la calma, y el miedo, no.

Cuchillas (Inevitable parte I) || Poema

Cositas que me olvidé de subir. El primero es sobre lo mismo que el segundo, pero dicho de otra manera.

Por cierto, perdón por la expresión altisonante fuera de lugar. No lo pude evitar.

Ese sentir se enciende otra vez,
escucho tu nombre
y no te quiero ver.

No te llamas como una flor;
tu nombre simboliza miedo en mi interior.
Se afilan cuchillas, siento dolor.

En tus ojos hay sobrecarga de seguridad,
y aunque lo niegues, sé que es verdad.
Todos ven alegría, yo maldad,
me creen la villana, pero en realidad
eres tú quien deberían de despreciar.

Te pedí disculpas y me ignoraste.
¿Qué crees que haré? ¿Rogarte?
¿Tumbarme al suelo y llorarte?
Quise tu amistad y te negaste.
¡Yo no hice nada, conshesumadre!

Quieres de mí que deje de existir;
sé de eso, pues estuve ahí.
Pudiste disculparme, pero en fin;
sólo me olvidaré de ti.

Ya quisiera yo || Poema

Eres el as en mi jugada.
No quiero perderte
y no te cambio por nada.

Eres el ojo en mi mirada.
Si no fuera por ti
estaría cegada.

Eres la luna en mi noche,
y cuando te escondes,
cuando te vas,
es de mis lágrimas el derroche.

Eres la lluvia de mi bosque.
Sin ti puede que todo seque
y de mí ya nada quede.

Eres el bajo de mi canción,
la adrenalina en mi acción,
eres todo y pretendo que no.
Olvidarte, ¿fácil? Como cambiar de corazón.
Quererte, ¿simple? Ya quisiera yo.

Siempre te vas || Poema

No podía dormir sin antes escribir.

Siempre te vas,
y parece que no regresarás.
No dices nada, y cuando vuelves
nada parece pasar.

Me pongo a pensar;
la duda no me deja descansar
pues no sé si esta etapa
de secretos, impotencia y misterio
al fin se pasará.

Siempre te vas,
y no me tomo el tiempo de pensar
que me amas, y a nadie más.
No me has olvidado…
¿Verdad?

Es difícil no dudar
o perder la esperanza.
Hemos pasado por mucho.
No me culpes por pensar
que las lágrimas volverán.

Siempre te vas,
y las lágrimas vuelven
y me preguntan
dónde estás.

Siempre que te vas,
mantienes tu promesa
y si mañana no vienes
eso es porque no podrás,
y si mañana no me tienes
de un mal sueño se tratará.

Mil veces || Poema

Te he dicho mil veces
que te quiero y no entiendes.
No te vayas, no te alejes…
no eres ya mío,
no estás conmigo,
pero no me dejes.

Te he escrito mil veces
porque no puedo verte,
no hago más que extrañarte
y no soporto dejarte vivir
otra historia de amor
en la que tú vives para siempre
feliz y lejos de mí.

Te he besado mil veces
y, en momentos como éste,
dudo que vuelva a pasar.
Los hechos me llevan a pensar
que te falta camino por avanzar
y más de mí te vas a alejar.

Te he escuchado mil veces;
me hice un mapa de tu corazón y mente…
no es muy agradable.
Por eso siempre he dicho
que quiero curarte completamente.

Te he vivido mil veces;
lo hago aún sin que lo notes.
Toma mi poema por ejemplo…
te sigo viviendo,
todo el tiempo te sigo pensando,
¿entiendes?
Yo te sigo amando.

Yo sigo aquí,
bien lejos de ti,
escribiéndote y amándote,
tortuosamente,
como las otras mil veces.

Cómo quisiera... || Poema

Cómo quisiera olvidarte...
así, como lo que seguía en la canción,
o cuando hago un programa
¡Condenado Java!
¿Cómo era esa función?

Pero no; no eres una canción,
ni un lenguaje de programación,
pero en algo no difieren:
todos me confunden.

Quisiera borrarte de mi subconsciente,
como cuando escribo un poema
y no me gusta esa estrofa
y quiero eliminarle para siempre.

Pero no; no eres un trazo;
no te escribí ni te podré borrar.
Eres tú quien me puede controlar.
Eres tú ese temazo
que de la cabeza no me puedo sacar.

Desearía dejarte ir,
igual que cuando leo un mal libro;
para recordar nada no tengo motivos,
y se va, y se hunde en el vacío.

Pero no; tú eres como mi novela favorita;
te borraría de mi mente
para, desde el principio, vivirte.
Mi corazón palpita,
y tu nombre grita.

¿A quién engaño? No te quiero olvidar.
No te planeo dejar,
ni tu recuerdo borrar.
¿Qué me quiero hacer a mí misma?
Te amo, Ika.