Me cansé. Simplemente eso. Estoy harta de sentirme así. ¿Así cómo? Ah, apuesto a que te reirías de mí si lo supieras, si leyeras esta carta. Así como te reías de todo, DE TODO LO QUE YO TE CONFIABA... de lo que sentía, de lo que escribía, aunque fuera algo serio. ¿Por qué siento ganas de llorar? ¿Por qué cuando veo las cosas que me escribías y dibujabas, siento un nudo en la garganta y una necesidad inmensa de volver el tiempo para hacerte prometer que nunca, bajo ninguna circunstancia, me olvidarías? ¿Por qué, me pregunto, quiero volver a ser tu amiga? Porque eso era, y ya no lo soy, y no lo seré nunca más.
¿Por qué, si nunca importé para ti, quiero todo eso?
A veces quiero que me pidas disculpas. No me importaría cómo, ni cuándo ni dónde... tan sólo quiero dejar de ser un cero a la izquierda en tu vida, mucho más de lo que era antes.
No sé si debo odiarte, extrañarte u olvidarte para siempre, pero sabes que no sirvo para odiar; que no tengo la capacidad. Si intento odiarte terminaría envidiándote; me ha pasado, y puedo darte las razones. Si te extraño sólo me lastimo a mí misma y la opción de olvidarte prácticamente no existe. Eres parte de mi vida, Sra. Furia, aunque a ambas nos pese.
Me usaste de consuelo, me diste buenos momentos, me dijiste que me querías y que me extrañarías... me olvidaste, desechaste y reemplazaste después, sin importarte un poco lo que yo dijera... ¡AAAH, QUÉ ESTRÉS! ¿Por qué eres así, que con tu sola existencia me haces sufrir? ¿Por qué te convertiste irremediablemente en alguien a quien podría odiar y que tú, antes, igual? ¿Por qué nunca fui la mejor, la más importante, si yo hacía de todo para impresionarte? Quiero olvidarte. Quiero, como tú a mí, desecharte...
...Quiero perdonarte.
