martes, 1 de marzo de 2016

El mesero

Con tal de sacarle una sonrisa,
pienso en una buena línea durante el día
y para tener suficiente valor,
me paso con los tequilas
y saco mi incómodo sentido del humor.

Ahora todas las noches
pido un trago tras otro
con tal de oírlo hablar,
porque aunque no lo conozco
detrás de esos ojos
no puede haber maldad.

Resisto el olor a pisto y cigarro,
a los borrachos cantando
y al sujeto en la esquina
que me está acosando
porque él vendrá
en cualquier momento
a ver si necesito algo más.
No tengo otra manera de verlo
mas que en este bar.

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